Empeoramiento brusco en mi enfermedad neurológica. ¿Cuál es el motivo?

31.10.2024


Algo que puede producirse en pacientes con una enfermedad neurológica crónica que la persona tiene de base es que se mantenga estable durante un tiempo y que de forma relativamente aguda o en poco tiempo (días), pueda empeorar de forma significativa. Esto puede darse en patologías como la migraña, la epilepsia, o en muchas enfermedades neurodegenerativas como las demencias, la enfermedad de Parkinson u otras.

¿En cuánto tiempo puede producirse el empeoramiento?

A veces puede ser más progresivo, en pocos meses, otras veces en días, y en ocasiones en horas o minutos. Obviamente cuanto más brusco es el empeoramiento más alerta deberemos estar y valorar la posibilidad de algún factor precipitante y siempre teniendo presente que a veces puede haber enfermedades concomitantes. Por ejemplo, si un paciente con enfermedad de Parkinson presenta de forma brusca pérdida de fuerza en un lado del cuerpo y alteración del lenguaje, será necesaria una valoración urgente para descartar un ictus, dado que el empeoramiento no siempre es debido a la propia patología de base. O en un paciente con demencia que se vuelve mucho más confuso en horas y que tiene fiebre, puede haber síntomas en relación con una infección que explique la fiebre como una infección de orina o respiratoria, y al mismo tiempo empeoramiento de su estado cognitivo de base.

¿Qué síntomas pueden aparecer?

Este empeoramiento genera además preocupación al paciente y su familia además de un aumento de la discapacidad o limitación funcional. En ocasiones, el empeoramiento consiste en un incremento de los síntomas de la enfermedad de base. Por ejemplo, en la migraña un aumento de las crisis de cefalea, en la epilepsia un incremento del número de crisis epilépticas, en la demencia más confusión, desorientación, alteración de conducta, o en la enfermedad de Parkinson, más temblor, torpeza de movimientos, o a veces desarrollo de alucinaciones o confusión, etc. Todo depende de la patología da base. Por ejemplo, en la ELA, un empeoramiento brusco puede cursar con aumento de la debilidad muscular, dificultad respiratoria, para tragar, hablar, etc. Además de esto, la pregunta que siempre surge es a qué puede ser debido el empeoramiento.

¿Cuáles pueden ser las causas?

  • Presencia de una infección. Esto es una causa muy habitual. A veces más visible como una infección respiratoria, pero otras veces infecciones sin fiebre que pueden pasar desapercibidas como una infección de orina. De hecho la infección de orina es una de las causas más frecuentes de confusión en personas mayores, y por supuesto más si tienen demencia.
  • Traumatismo. Una caída y sobre todo si hay traumatismo cráneoencefálico (TCE), puede producir un empeoramiento aún incluso aunque no haya complicaciones a nivel cerebral como resultado del mismo tipo hematoma subdural, epidural, etc. Es recomendable la asistencia a Urgencias en caso de TCE y empeoramiento, sobre todo si es grave con pérdida de consciencia.
  • Otro factor precipitante. A veces puede ser el detonante un factor de otro tipo que descompense la enfermedad, como una mala noticia que genera un disgusto, ansiedad o depresión. El factor emocional es muy importante y puede generar cambios muy agudos.
  • Puede ser debido a la progresión de la enfermedad de base. En este caso el empeoramiento no suele tan brusco sino más bien a lo largo de unos pocos meses.
  • Efectos secundarios de algún medicamento. Siempre será muy importante revisar que no se haya introducido algún fármaco nuevo, sobre todo fármacos como antidepresivos, benzodiacepinas o antipsicóticos, entre otros, que puedan ocasionar somnolencia, confusión, etc.
  • Falta de efecto de la medicación. Otra posibilidad es que la medicación recibida hasta ese momento deje de ser efectiva y sea necesario un ajuste. En estos casos el empeoramiento no suele ser tan brusco y el paciente iría percibiendo los cambios a lo largo del tiempo.
  • Factores ambientales. En pacientes con demencia, cambiar los hábitos o la rutina del paciente o su entorno, pueden generar confusión y cambios conductuales.
  • Trastorno del sueño. Descansar mal puede ocasionar somnolencia por el día, peor percepción del estado clínico o empeoramiento de los síntomas de base.
  • Otras causas. Por supuesto y como ya se ha comentado y sobre todo en casos de empeoramiento rápido, será necesario descartar cualquier otro proceso intercurrente (fallo renal, infarto, etc., dependiendo de los síntomas). A veces puede haber enfermedades que se desarrollan y producen síntomas más progresivos, como un cáncer o enfermedad autoinmune, por ejemplo. 

¿Cuáles son las recomendaciones?

  • En caso de empeoramiento agudo con síntomas diferentes, la recomendación es acudir a Urgencias. Por ejemplo, si síntomas de ictus, un primer ataque epiléptico, dolor en el pecho que pueda hacer pensar en un infarto al corazón, etc.
  • Si hay cambios tras la introducción de un nuevo fármaco, consultar con el médico. Puede ser debido a un efecto secundario del nuevo medicamento y con suspenderlo puede solucionarse el problema. Siempre es importante estar alerta cuando se introduce un nuevo cambio.
  • Si hay un empeoramiento brusco de la enfermedad de base, pedir valoración con el médico. Será necesario investigar sobre todas las causas expuestas. Obviamente si el empeoramiento es grave y agudo, sería necesario una valoración urgente.
  • Si hay un empeoramiento progresivo, lo ideal sería poder contactar con el neurólogo especialista que lleva a cabo el seguimiento del paciente. Puede ser preciso la necesidad de ajustes de medicación para optimizar la respuesta al tratamiento.

Respuesta: El motivo del empeoramiento puede ser muy diverso. Si hay síntomas nuevos o diferentes y agudos, puede ser por otro proceso concomitante diferente. Si hay descompensación de la enfermedad de base, a veces puede ser debido a procesos intercurrentes como una infección. Será importante vigilar que no sea debido a efectos secundarios de un nuevo tratamiento y también que no influyan cambios en el entorno o rutina, sobre todo en pacientes con demencia. Por el contrario, si el empeoramiento es progresivo podría ser por empeoramiento de la enfermedad de base, siendo necesario un ajuste de medicación. La recomendación es ante un empeoramiento agudo una valoración urgente. Para más detalle, consulte el texto. 


Diego Santos García

CHUAC y Hospital San Rafael, A Coruña