¿Qué importancia tiene la edad en la enfermedad de Parkinson?
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que puede debutar a edades muy variables, desde antes de los 30 años hasta después de los 80 años. ¿Qué importancia tiene la edad en la enfermedad? Se resumen algunos puntos de interés al respecto.
Edad biológica frenta a cronológica
La edad cronológica es la que uno tiene según la fecha de nacimiento, mientras que la biológica hace referencia al estado de salud de la persona. Es decir, una persona con 50 años puede tener muchas enfermedades y tomar mucha medicación y ser dependiente, y otra con 70 años puede tomar sólo 1 pastilla y ser independiente y muy activo. Este concepto es muy importante a la hora de tomar decisiones, como por ejemplo las medidas de atención en un paciente con una enfermedad neurodegenerativa como es la enfermedad de Parkinson. De todas formas y teniendo en cuenta el concepto de edad biológica, la edad cronológica juega un papel importante en la enfermedad de Parkinson por todo lo que a continuación se comenta.
Clasificación de la enfermedad según la edad de debut:
- Enfermedad de Parkinson juvenil: antes de los 21 años.
- Enfermedad de Parkinson temprana: de 21 a 45 años.
- Enfermedad de Parkinson no temprana o tardía: después de los 45 años.
Factores genéticos
Cuando la enfermedad debuta a una edad temprana suele ser muy habitual que haya un gen con una mutación como factor responsable de la misma. Es lo que se llama forma genética de la enfermedad. En estos casos suele haber otros antecedentes en la familia. Algunos conocidos son el LRRK2, PARK2, PINK1 y PARK7. En las personas que debutan a edad más tardía puede no haber antecedentes en la familia y se habla de formas esporádicas. Sin embargo, la realización de estudios genéticos a personas más mayores permite muchas veces identificar también mutaciones, como la del GBA o bien polimorfismos asociados a un incremento del riesgo.
Síntomas
Más que de la edad va a depender de cada paciente. Sin embargo, las fluctuaciones motoras y discinesias aparecen precozmente en pacientes jóvenes. En personas mayores muchas veces no se detectan fluctuaciones marcadas a lo largo del día o son más discretas. Los problemas cognitivos y axiles como alteraciones de la marcha, postura, bloqueos, etc., suelen aparecer más precozmente en pacientes con debut tardío de la enfermedad.
Diagnóstico
Se hace de la misma forma independientemente de la edad, aplicando unos criterios clínicos. Lo que sucede es que cuando el debut es temprano o muy temprano, se suelen hacer más estudios para tener mayor seguridad en el diagnóstico. Los estudios genéticos en la práctica clínica se suelen hacer en pacientes jóvenes o cuando hay casos en la familia. Igualmente, pruebas como e DATSCAN suelen hacerse más frecuentemente en pacientes más jóvenes. La neuroiamgen es necesaria siempre, ya sea TC o RM cerebral (en personas mayores se suele hacer un TC).
Comorbilidades y polifarmacia
En general a mayor edad, más probabilidad de que el paciente tenga otras enfermedades concomitantes y reciba otros tratamientos para las mismas. Esto es muy importante porque se tendrá en cuenta a la hora de prescribir medicamentos para el Parkinson por parte del neurólogo.
Tratamiento antiparkinsoniano
En pacientes jóvenes si hay poca afectación clínica muchas veces se retrasa el inicio de la levodopa, siempre de forma racional, o bien se utiliza levodopa a dosis bajas que se va combinando con otros fármacos como agonistas dopaminérgicos (pramipexol, ropinirol, rotigotina), IMAO-B (rasagilina, safinamida), ICOMT (entacapona, opicapona), amantadina y otros. En las personas con debut tardío, por ejemplo a partir de los 70 a 75 años, muchas veces se utiliza la levodopa en monoterapia para evitar efectos secundarios.
Efectos secundarios de la medicación
El neurólogo prescribe medicamentos con el fin de mejorar los síntomas pero estos a veces pueden ocasionar efectos secundarios. En las personas mayores son más frecuentes los efectos secundarios cognitivo-conductuales (confusión, desorientación, alucinaciones, delirios, etc.) mientras que las más jóvenes pueden presentar con mayor frecuencia intolerancia gástrica con nauseas y vómitos, mareos, somnolencia o trastorno de control de impulsos. Ante cualquier efecto secundario es muy importante que el paciente se lo cuente a su neurólogo.
Edad fértil
Aunque no es habitual, cuando la enfermedad debuta pronto hay que tener en cuenta en la mujer las posibilidades de embarazo y lactancia. Fármacos como la amantadina deben evitarse. La levodopa es el más recomendado por ser el de mejor perfil de cara a efectos secundarios en el embarazo. La planificación siempre es importante.
Cirugía del Parkinson
En general se pone el límite de los 70 años para operar a un paciente de estimulación cerebral profunda. Esto es porque en pacientes más mayores el riesgo de complicaciones es más elevado. A día de hoy, debutar con le enfermedad a partir de esa edad condiciona al paciente a no poder ser tratado con esta terapia.
Bombas de medicación
No hay contraindicación por edad para recibir perfusión continua de levodopa ni de apomorfina, aunque en el caso de la apomorfina hay que tener presente el riesgo de complicaciones neuropsiquiátricas a edades avanzadas. El HIFU tampoco tiene limitación por edad y hay pacientes con más de 80 años que pueden mejorar con esta terapia si están bien seleccionados. La clave es la selección adecuado del candidato en todas ellas.
Repercusión en las actividades del día a día
En el paciente joven la enfermedad impacta en ámbitos de la vida como el laboral. Desarrollar la enfermedad no quiere decir que el paciente no pueda trabajar pero será necesario muchas veces una readaptación a su puesto de trabajo. Los pacientes más mayores en general van perdiendo independencia funcional más rápido y la figura del cuidador principal del paciente es clave.
Pronóstico
Aunque es muy variable obviamente y depende de cada paciente, en general, se sabe que la enfermedad cuando debuta a edades más tempranas progresa más despacio y al revés. Por ejemplo, hay pacientes que empiezan con síntomas en torno a los 80 años y en 2-3 años han podido desarrollar deterioro cognitivo o demencia. Por el contrario, muchos pacientes jóvenes que debutan con 30 a 50 años, después de más de 15 - 20 años de enfermedad no tienen demencia, y todavía son jóvenes. La contrapartida de debutar más joven con la enfermedad es tener que convivir a priori más años de vida con la misma.
Terapias complementarias
Es importante realizar las mismas y de una forma individualizada según las necesidades (ejercicio, fisioterapia, logopedia, estimulación cognitiva, terapia ocupacional, etc.) a todas las edades.
Asociaciones de Pacientes
Aunque muchas veces el paciente joven no quiere o le genera rechazo acudir a una asociación de paciente por miedo a ver otros pacientes más mayores y enfermos, cuando luego van se dan cuenta de que estaban equivocados. Lo más importante es respetar la opinión y deseo da cada paciente, pero relacionarse con otras personas con los que se comparte en común la enfermedad y recibir el trato de profesionales y el cariño de otros compañeros ayuda a mejorar el bienestar personal independuientemente de la edad que uno tenga.
Ensayos clínicos
En muchos de los estudios o ensayos hay sesgos y prueba de ello es que se excluyen frecuentemente pacientes mayores, lo que al final no refleja la realidad de la enfermedad. Al mismo tiempo, debutar con la enfermedad a una edad muy temprana es excepcional y también incluso los pacientes se pueden ver excluidos sólo por la edad de participar en algunos ensayos clínicos.
Diego Santos García
Neurólogo en el CHUAC y Hospital San Rafael, A Coruña